sábado, 16 de mayo de 2009

PATRICIA ODRIOZOLA 1)

NACHA


Me gusta ser (Media)Mujer


Hace muchos años que se viene destacando en el teatro, en la música, en el baile, y se lo merece. Tiene un talento auténtico, poco común. Pero en el instante en que su imagen se mediatiza aparece cierta perversión, la conciencia de una imposibilidad: vencer al tiempo; bordear la séptima década y verse casi como una colegiala; convertirse en una suerte de Dorian Grey, sólo que con un rostro enmarcado en la pantalla de TV o en la foto diagramada en un reportaje gráfico a todo color.El equívoco se agiganta y se vuelve aún más perverso cuando personas y personajes se funden y se entremezclan, cuando unas y otros conmutan cuerpos y almas al ritmo de la coyuntura. ¿Nacha puede llegar a ser Diputada de la Nación por haberse vestido de Evita? ¿Evita puede consolarse de la brevedad de su tiempo histórico y político gracias a que Nacha se hizo un rodete tirante y levantó el puño delante de un ballet de obreros adoctrinados por Bob Fosse? ¿Nacha es candidata porque algunos se confundieron ingenuamente a la una con la otra, dos gotas de agua, dos féminas por siempre de treinta y pico? ¿O la apuesta es que el votante -ya amansado por la profusión de imágenes engañosas y de actitudes pour la gallerie a que lo someten los medios-, confíe ciegamente en que la abanderada de los humildes ahora reencarna en esa bella mujer que demostró que el tiempo no existe?

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