miércoles, 3 de junio de 2009

VICTORIA OCAMPO

Victoria en una de sus fotos más conocidas, tomada por Gisèle Freund en 1939.

Por entonces sin los lentes ahumados, sí con su trajecito seguramente un Chanel (Cocó contó con su amistad). No olvidemos la pasión que tenía Victoria por ser amiga de los famosos de su época, siendo a veces dudosa la elección de intelectuales internacionales que fueran sus visitantes a la Villa Ocampo, por ejemplo, Drieu de la Rochelle, que terminó siendo un colaboracionista nazi o el excéntrico conde de Keisserling. SUR fue su reino, y desde allí armó un polo cultural de gran peso en su época. Demás está decir que detrás de ello estaba su avasallante personalidad y su fortuna que fue menguando en favor de ese deseo de generar brillo propio en la intelectualidad argentina. Esta carta se la mandó Martínez Estrada a Victoria Ocampo, en razón de que Victoria le pidiera una reseña autobiográfica. No olvidar que la obra de Victoria es autobiografía pura, género subjetivo, una especie de reconstrucción voluntarista de los sucesos narrables de la vida de uno. ME define aquí su visión de la infancia, su infancia, con total melancolía. Hay otra carta de ME a VO que es muy reveladora de ese vínculo rebelde de ME con VO, pero no la encuentro. Hay que decir que VO fue una singular mecenas que en el caso de ME obró con total generosidad, a raíz de una enfermedad que padeció ME, se iba "oscureciendo", y ella gestionó la venida de un especialista de USA para su consulta. Cosas de Victoria, a quien conocí en el Fondo de las Artes en 1959 (qué tiempos!...) con sus lentes oscuros de arco blanco, su trajecido gris de dos piezas y zapatos de golf.
MLC.

No hay comentarios: