domingo, 12 de abril de 2009
ORQUÍDEAS, Lidia Balbi.
Hace doce o quince años, comenzó mi amor por las orquídeas. Desde entonces, las he cultivado, estudiando sus hábitos y necesidades, siendo miembro de diversas sociedades sobre el tema. En la actualidad tengo una gran cantidad de estas plantas y mi colección de plantas nativas argentinas va creciendo lentamente. Trasplantadas al clima de Buenos Aires, desde los más diferentes lugares del país, mis orquídeas florecen mes a mes. Me aceptan y premian mis esfuerzos con su color y su aroma.
Orquídeas
Miraba con deleite sus orquídeas en plena floración. No cesaba de admirar sus colores y perfumes. De estos últimos, algunos sutiles y suaves, apenas perceptibles y otros intensos, casi intoxicantes para sus ávidos sentidos. Rodeada de esas bellezas solía pasar sus horas muertas.
Hacía tiempo que no abandonaba la vieja casa en la que vivía. Luego de la tragedia que había sufrido, la gente, en general, le provocaba un pánico atroz. Su contacto con el mundo exterior era nulo. Su espacio cada vez más restringido, era esa habitación de paredes y techo vidriados donde cultivaba sus plantas, su dormitorio y la cocina. Todas las demás habitaciones que componían la enorme casa que en una época llegó a ser una mansión famosa por su belleza y opulencia, estaban cerradas y los hermosos muebles cubiertos con sábanas blancas semejando fantasmas de un mundo perdido para siempre.
Su auto reclusión comenzó cuando la dictadura se había apoderado del poder en el año 2090, hacía exactamente diez años. En esa época ella era una muchacha feliz a punto de contraer matrimonio con Ricardo el amor de su vida. No le interesaba la política ni sabía nada de ella. Al contrario de Ricardo que era un apasionado combatiente en las filas opositoras al gobierno, al igual que su propio padre y su hermano mayor Agustín. Estos eran la única familia que tenía, los únicos hombres que la amaban y velaban por ella.
Un día salieron los tres para participar de una protesta contra el Triunvirato que acababa de tomar el poder. Quienes habían presenciado el acto y vivieron para contarlo dijeron que fueron apresados y enviados a la Sección de Conversión de Ideas y Manipulación de Mentes.
Luego de varios meses, los tres hombres fueron dejados en libertad, convertidos en muertos vivos, casi vegetales que vagaban sin rumbo. Anulados sus cerebros, sus inteligencias y sus memorias, todos los esfuerzos que hizo para recuperarlos fueron en vano. Luego uno a uno, como si hubieran sido programados, murieron en el Hospital, sin siquiera llegar a reconocerla. Cuando le entregaron sus cuerpos, ella pidió que fueran cremados y reclamó sus cenizas. Abrazando con dolor las urnas que las contenía, las llevó a su casa y se encerró a llorar su pena, prometiéndose no salir nunca más de allí.
Fue más o menos para esa época que le surgió su pasión por las orquídeas, que también habían sido la pasión de su amado padre. El invernadero estaba repleto de estas hermosas plantas que por la falta de cuidados adecuados languidecían y habían comenzado casi a morir.
Un día leyó que estas plantas eran ávidas de carbón, calcio y potasio y que disponiendo de agua y de luz adecuadas vivían para siempre. Supo de plantas de orquídeas que llevadas al Conservatorio de Nueva York, en el año 1890, todavía se conservaban en él floreciendo una y otra vez. Esto la decidió y comenzó hacer lo que recomendaban los libros con respecto a agregar a las plantas los macro y microelementos que necesitaban. Y así un día, cucharada tras cucharada las fue regando con sus amadas cenizas y las plantas recobraron su lozanía. Estaba segura que en esa habitación sus seres queridos habían alcanzado la vida eterna a través a sus orquídeas.
Cuentan los vecinos, que cuando pasan cerca del invernadero, un rumor de voces, risas y conversaciones llega hasta sus oídos. Mi prima Eugenia, que vive al lado, jura que lo que se escucha son voces masculinas que charlan con la dueña de casa.
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2 comentarios:
Para escuchar a LEO MARINI cantando el bolero DOS ALMAS, picá este link de Youtube:
http://www.youtube.com/watch?v=fsk28m6aayc
Lidia, me tomé el atrevimiento de publicarlo sin tu consentimento, pero ya viene del otro blog. Poné en esa sección de amigos donde figurás, la dirección de tu blog personal, que tenés muy sólida producción. Me gustaría que escribas y me mandes por email un pensamiento largo relacionado con tu oficio de cultivadora de orquídeas. Creo que a mucha gente le va a interesar.
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