Este texto es producto de una consigna "tirada" en la Tertulia MINAS SABIAS.
BELEN
Nada, hacía suponer que aquella tarde con ese ardiente sol Allí donde las pequeñas lagartijas asomaban por entre las calcinadas piedra y se escuchaban en su continua serenata de la siesta, nos encontramos. A hurtadillas, escondidos de la gente de ese pueblo tan formal y prejuicioso.
Yo tenía sólo 15 años, vitales, fabriles con las agujas de la ansiedad perforando mi piel. Mi cara iluminada con una inmensa alegría. Quería beber la vida en un solo instante eterno. Había esperado tanto tiempo que me tomara entre sus brazos abrazándome con pasión.
Pero yo siempre fui muy fantasiosa, sabiendo que él estaba ,le pedí a mis padres que me dejara viajar ese verano a Montevideo, a la casa de su familia. Yo era la mejor amiga de la hermana y compartía todo con ella.
Cuando conocí al hermano me quedé embobada, buscaba cualquier ocasión para verlo. Yo sabía que me miraba con simpatía, pero nunca me dijo nada.
Caminamos juntos un largo rato hasta que nos detuvimos en el banco de la plaza ,me miró profundamente y me dijo: -Créame usted, no sé cómo decírselo… me miró con sus grandes ojos verdes ,que no puedo olvidar. Me puse roja, no sabía dónde poner las manos, mi corazón latía con fuerza. Era la primera vez que estaba cerca de un hombre de verdad –todos los que se me acercaban eran tan chicos como yo- continúo diciendo: -entienda mi improvisado argumento pero a pesar de los años que le llevo quisiera salir con Ud. porque estoy verdaderamente enamorado.
Ana Rey
jueves, 16 de abril de 2009
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